Aaaaah… que tiempos aquéllos, cuando no había MP3 y casi ni CDs y grabábamos nuestra música en las inolvidables cintas de cassette (digan lo que digan, se pronunciaba “casete”)…
Tampoco existía el top manta, ni sabíamos lo que era la SGAE, pero todo el mundo tenía cuatrocientas cintas con música grabada (de otras cintas o de la radio) yno pasaba nada… no se arruinaba la industria discográfica ni nos buscaba nadie para multarnos.
La cinta más normal era la TDK del todo a cien, la de 60 minutos costaba veinte duros (a veces venía en un pack de 2) y duraba toda la vida… Por veinte duritos te grababas un par de discos de cualquier artista (antes duraban menos), una hora de chistes de Arévalo o un porrón de juegos de Spectrum.
Guardábamos las pegatinas como oro en paño |
Esto ya tenía más caché... |
Pero si andabas pelao de pasta… ningún problema! Buscabas una cinta vieja del Faryque hubiera por casa, le ponías un par de trozos de celo en los agujeros de la parte de arriba y ¡a grabar el Máquina Total! Una maravilla…
Creo que bien pocas cintas originales me compré en mi vida… recuerdo que las compraba sobre todo en el rastro, me acuerdo de una de las primeras, era la banda sonora de Corrupción en Miami, además estaba rebajada porque la caja tenía un agujero ¡pero molaba mucho más, porque parecía un agujero de bala! Creo que nunca la escuché, pero el balazo y el Testarrosa de la portada fardaban un huevo.
Otro lugar en el que comprarlas, que era todo un mundo, eran las gasolineras. En esos expositores, aparte de las sevillanas y los chistes, podíamos encontrar álbumes inimaginables… como digo, todo un mundo.
Pero esa es otra historia…
Todo un mundo... en qué poco tiempo han cambiado tanto las cosas...
ResponderEliminarPero aun en las gasolineras a veces sigue el expositor con cintas de a saber quien jajaj
Un saludo de Viajando a distancia