Aaaaah… que tiempos aquéllos, cuando no había MP3 y casi ni CDs y grabábamos nuestra música en las inolvidables cintas de cassette (digan lo que digan, se pronunciaba “casete”)…
Tampoco existía el top manta, ni sabíamos lo que era la SGAE, pero todo el mundo tenía cuatrocientas cintas con música grabada (de otras cintas o de la radio) yno pasaba nada… no se arruinaba la industria discográfica ni nos buscaba nadie para multarnos.
La cinta más normal era la TDK del todo a cien, la de 60 minutos costaba veinte duros (a veces venía en un pack de 2) y duraba toda la vida… Por veinte duritos te grababas un par de discos de cualquier artista (antes duraban menos), una hora de chistes de Arévalo o un porrón de juegos de Spectrum.
Guardábamos las pegatinas como oro en paño
Si tenías un poco más de pasta o te ibas a grabar un CD que te gustaba (o te dejabas convencer por los flipaillos de turno) ya te comprabas una Sony, que seguramente era igual de mala, pero tenía más nombre.
Esto ya tenía más caché...
Pero si andabas pelao de pasta… ningún problema! Buscabas una cinta vieja del Faryque hubiera por casa, le ponías un par de trozos de celo en los agujeros de la parte de arriba y ¡a grabar el Máquina Total! Una maravilla…
Creo que bien pocas cintas originales me compré en mi vida… recuerdo que las compraba sobre todo en el rastro, me acuerdo de una de las primeras, era la banda sonora de Corrupción en Miami, además estaba rebajada porque la caja tenía un agujero ¡pero molaba mucho más, porque parecía un agujero de bala! Creo que nunca la escuché, pero el balazo y el Testarrosa de la portada fardaban un huevo.
Otro lugar en el que comprarlas, que era todo un mundo, eran las gasolineras. En esos expositores, aparte de las sevillanas y los chistes, podíamos encontrar álbumes inimaginables… como digo, todo un mundo.
A las consolas de 8 bits las llaman “las de tercera generación”, no sé por qué, el caso es que en España fueron las primeras que triunfaron.
Por aquél entonces, o tenías “la Nintendo” (antes eso de la NES no lo decía nadie) o tenías “la Master“. La rivalidad entre los usuarios era mucho menor que la de hoy en día (tampoco se había inventado el término fanboy), y no se discutía mucho, lo que se solía decir es que la Master tenía mejores gráficos y la Nintendo mejor sonido, esto se aceptaba y tan contentos cada uno con la suya.
Pero qué bonica que era...
Aunque la Nintendo era más popular, no me acuerdo por qué, pero el caso es que yo me compré la Sega (seguramente porque era más barata), que me venía con el Alex Kidd y… ¡el Sonic!
Alex Kidd in Miracle World:
El Alex Kidd venía grabado en la ROM de la consola (cosa que nos maravillaba, madre mía lo que inventan…) y era una especie de Super Mario pero en lugar de un fontanero que come setas, lo protagonizaba un niño orejón que comía hamburguesas…
No os perdáis la resolución y el magnífico colorido... con qué poquito éramos felices...
La verdad es que el juego tampoco me volvió loco… pero lo jugué bastante, hasta que llegabas a una fase acuática en la que tenías que pasar entre dos hileras de pinchos tan juntas que si te movías medio milímetro arriba o abajo te mataban. No conozco a nadie que se lo haya pasado y existe el rumor de que no hay más juego después de eso. Era imposible, y más con esa cruceta amorfa que tenía el mando…
Esta era la primera fase, aunque no lo parezca, estos gráficos nos impresionaban...
Igual que en el Mario, había fases submarinas. También había algunas en lancha y mis preferidas, unas en las que ibas en una especie de mini-helicóptero y podías disparar (el niño este no crecía comiendo setas ni disparaba nada de nada, sólo mataba a los malos a base de hostias, como Bud Spencer).
La verdad, me gustaría volver a jugarlo, al menos aquella condenada fase, a ver si mis años de experiencia como jugón me permiten pasármelo y llegar hasta donde ningún hombre ha llegado…
Sonic The Edgehog:
El juego que sí me venía en cartucho (aunque sin caja) era el Sonic. Esto ya era otra cosa…
Sonic molaba mucho más que Mario, eso estaba claro, uno era un erizo con super-velocidad (hoy se diría jóven dinámico y proactivo) y el otro era un fontanero viejuno (ese bigote no se tiene con 20 tacos) y con problemas de obesidad que se ponía ciego de setas con las que empezaba a ver cosas…
Siempre iba con prisas el bicho este...
Supongo que todo el mundo conoce el juego, pero vamos, la cosa iba de que eras un erizo que corría que te cagas e ibas por el mundo pegando saltos, dando volteretas, matando bichos y recogiendo anillos.
World Grand Prix:
Como tenía que depender de mi pobre paga semanal, sólo me podía permitir los juegos más baratos (y por tanto, los más gitanos), como este World Grand Prix, que creo que me costó 1000 pelas y del que he encontrado un video para que podáis apreciar esos graficazos y ese sonido…
Todavía tengo todos los sonidos grabados en el tímpano… claro, es que no tenía la NES…
World Cup USA 94:
Llegó el 94 y llegó el mundial y sacaron juegos y… lo compré…
La digitalización de Cristiano Ronaldo es perfecta.
Este ya era malo con avaricia… los jugadores, como podéis ver, eran una especie deairgamboy-pitufo, además es de esos juegos en los que el balón es incontrolable porque no va pegado al pie (esto sólo se logró hacer bien en Sensible Soccer) y adolece de un fallo que tenían todos los juegos de fútbol de la década: por un lado es casi imposible meter un gol y por otro, hay un punto desde el que si tiras a puerta, siempre es gol (normalmente una esquina del área).
Sonic 2:
En el viaje de fin de curso de 8º de EGB fuimos a Andorra y como llevaba pasta para comprar tabaco a mi padre y esas cosas… pues me pillé el Sonic 2.
Con el zorro no se podía jugar.
Hay poco que decir, era más de lo mismo… en contra de lo que pudiera parecer, no era para 2 jugadores, no te podías pedir al zorro Tails, lo que había que hacer era rescatarlo como si de una princesa se tratara… (si os fijáis tiene un poco de cara de julandrón).
Pues bien, esos son los juegos que tuve… una vez me prestaron uno (también de los de 1000 pelas), no recuerdo el nombre, de un muñeco con una espada de lo más cutre, pero nada más.
No puedo terminar la entrada sin enseñar una cosa que creo que hoy nos parecerá curiosa: la caja RF:
Había que darle a la palanca para ver la consola en la tele.
Entre la consola y la tele se conectaba esta caja con una palanca a la que había que darle para commutar entre la señal de TV y la de la consola, qué cosas… si encima os cuento que no se podían guardar las partidas y había que jugar cada vez todo el juego del tirón, ya pensáis que estábamos en el pleistoceno…
Bienvenidos a Be Retro, un blog donde recordaré todo aquello que me inspira nostalgia de mi tierna juventud (que tampoco las veo yo tan “retro”, pero a los “modernos” les gusta llamarles así), juguetes, dibujos, comics, videojuegos … de los 80 y 90.
